Entonces el

"Entonces el domingo voy a ir", me dije. Y pasó la semana rauda como siempre pero con la idea latente de cumplir con este objetivo que me había propuesto hace unas semanas. Cuando Pedro me retrocedió a la época de la XT y la pantalla naranja para tipear las noticias en La Maga. Y el sábado, de chanta, le dije a un amigo que me prestara el chat. Y chatee con uno de sus compañeros del instituto donde el frio no hace mecha. Y Pedro Chedrese seguro le dijo "Che decile que me pase el celu", y lo hice y chan charan chan sonó la música de Maxwell Smart avisando que era Pedro tan rápido, dispuesto a que la participación se practique y no se diga.
"Entonces el domingo quedamos", cerró la conversación. Y el domingo llegó y ahí mientras 19.30 con un frio infernal tomaba el colectivo Pedro logró disparar más y más imágenes de mi memoria. De esas imágenes que quedan dormidas pero se ve que están siempre dispuestas a darte el cimbronazo en la raíz directa de las emociones. Las madrugadas de cierre en la revista, y antes, también antes, cuando tomaba un tre

Entonces fue domingo y Pedro tenía la sonrisa grande como la de un chico. Amable pero de los amabilísimos de verdad. Más grande que amable porque amable suena de compromiso y Pedro no fue compromiso. Fue abierto, espontáneo, dadivoso y todos los adejtivos que aunque parezcan melosos fueron así como los digo. Abrió el micrófono de su programa de pensamientos y comenzó a decir sus "Utopías en FM" presentándonos primero a nosotros, porque también estaba una compañera mía de las clases de teatro de este año, presentándonos digo como "gente de teatro", "gente que hace teatro". Y la luz verde de aire antecedió y sucedió a un tema, cedió a la roja y otra vez las palabras de Pedro, de sus compañeros, de mi compañera, las mías que se trabaron esta vez con la emoción, pero ya no importaba porque se las estaban tragando como sentimientos. Aglotonado, atolondrado salí ese domingo de radio. Lleno de historias. Cubierto de una energía increíble que al ser el estudio chiquito se concentró y se convirtió en una especie de elixir mágico y que seguramente deberá tener que ver con ese pensamiento de la vida eterna.
Esos son los domingos que ofrece Pedro en la radio. Empieza a las 20 en su charco, por FM Flores, en la 90.7. Y se extiende hasta las 22 sin prisa. Como una calle de tierra de esas que cada vez vemos y olemos menos. Una especie de caminito agreste lleno de silbido de pájaros y árboles que rechinan con el viento.
1 comentario:
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Vestirse despacio, llevarse algun sueño, no pedir permiso para poder escapar.
Encontrar un mapa de los cielos y buscar un campo inmenso...un espacio libre donde poder despegar.
No pregunten porqué.
Aún no lo sabemos.
No hemos descubierto aún porqué debemos volar.
Quizás, tal vez, pues queremos también guardar...
.. un sol después de una tarde de lluvia,
.. la suave humanidad de un mediodía de siesta sobre una calle de tierra,
..un cielo azul,
..la magnitud de un tiempo sin razón,
..una mirada de un niño,
..un papel blanco por firmar,
..el cuerpo desnudo y tierno de una mujer,
..el mundo que aún existe aquí,
..utopias..
..solo utopias..
..volar entre sueños..
..recuerdos suaves, que no impidan despegar...
..hacia un mundo distinto...
..un mundo algo mas humano...
Claro...
Al ver que volamos...
Nos mirarán extraño...
dirán que no estamos cuerdos...
pero..no importa...
volemos... volemos liviano...
hasta el infinito azul....
...allí donde nace el mar..
...el mar azul y un niño nuevo....
Gracias.... José, Daniela, Cintia....
por permitirnos un imposible...
Que con su presencia este domingo en la radio... nos demos cuenta, que no existe escrita aún la prohibición que....
.....sobre un cielo azul...
.....hasta la inmensa magnitud del tiempo sin razón...
.....nos permita....
.....llevarnos el recuerdo de esa magia que trasmiten...muy apretado a nosotros, latiendo suavemente..junto a las alas del corazón.
Pedro y el equipo de www.utopiasenfm.com.ar de la 90.7
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