Periodista, actor, poeta, músico, técnico multimedia. Opinólogo por deporte. Bienvenidos al multifacético Mundo Kerco. Un espacio para que me conozcan y podamos intercambiar distintos grados de loKura.
La frase del mes
30 julio 2007
Proteo y Cangrejo... (Una de príncipes)
Realmente me pareció un espectáculo maravilloso desde cualquier punto de vista. Es que el hecho de entrar al Teatro Avenida, que tiene casi 100 años de historia (se inauguró en 1908, 69 años después sufrió un gran incendio y en 1994 fue reinaugurado con una obra cuyo protagónico lo tuvo ni más ni menos que al tenor Plácido Domingo) se puede considerar un espectáculo. Con esa cúpula maravillosa, las luces de candelabros y las butacas aterciopeladas, hay para mirar y admirar desde las escalinatas hasta su interior.
Pero lo que es enteramente exquisito es que una obra barroca pueda mantener la atención de los niños de esta época, acostumbrados a golpes, efectos especiales y lenguaje de imágenes. Contra plástico, circuitos y metal de las nuevas tecnologías, tergopol, madera, aserrín, resinas y sogas dan forma y movimiento a los protagonistas centrales de la historia. Y lo hacen muy bien, desplegando una decenas de efectos ante la platea. Sin embargo estos efectos están muy lejos de ser digitales, sino que corresponden al arte que brota del propio cuerpo y expresividad de Tito Lorefice, titiriteros del CIPTO (Centro de Investigación y Producción en Teatro de objetos), de la Escuela de Humanidades de la UNSAM,cantantes líricos; y un seleccionado de alumnos de la Orquesta Infanto - Juvenil de la Orquesta-Escuela de Chascomús, formada por músicos de 12 a 21 años.
Es realmente apasionante ver a los titiriteros de gesto (Esteban Quintana, Celeste López, Pablo di Pasquo, Silvina Bastías, Ivo Siffredi y Carla Doorn) y de voz (Ernesto Musano, Adriana Sobrero, Fernando Morando y Flor Svavrichevsky) hacer sus mímicas y movimientos corporales sobre el escenario. Y más aún que esa magia recree un poco en los chicos lo que se hace en las películas actuales, donde también el doblaje es en vivo (aunque se puede editar y aquí no PORQUE ES TEATRO!!) o lo que se puede apreciar en los extras de los DVDs cuando se ve a la orquesta grabar sus líneas mientras se proyecta la película en pantalla grande.
Por un lado entonces es como estar metido dentro de un gran Backstage, pero por otro el espectáculo continúa y hay una historia de amor que corre. Y es la historia de Proteo que se enamora de Cirene a pesar que el padre de esta última tiene otros planes más ambiciosos para ella y la de Cangrejo (el personaje más risueño de esta obra y cómplice de la platea infantil) que intentará enamorar a Brisa con mil artilugios, entre ellas la habilidad de convertirse en diferentes objetos.
Quizá el escenario del Avenida no es lo que era, pero por momentos la acústica juega algo en contra de esta ópera, sin embargo el despliegue visual y algunos guiños en el texto ("No me peguen, soy el Rey", dice el Rey Punto en una frase que largada carcajadas cuando se la asocia a Giordano frente a los golpes de los barra brava) le quitan el traje de ceremonia para compartir con los pequeños la magia que 42 personas ponen sobre las tablas. Y los lleva de paseo tres siglos atrás para demostrarles que las historias de amor, y el humor, siguen y seguirán siendo los mismos motivadores de siempre. Porque en el fondo el amor y la amistad es lo único que prevalece en el tiempo.
20 julio 2007
Semana de las emoticones
12 julio 2007
La nieve en imágenes y en video
10 julio 2007
El manto blanco que produce sonrisas
Por eso ayer pasó lo mismo. Les pasó a todos. O a muchos. Se dibujaban muecas incrédulas sobre los rostros. La calle era una fiesta. En el noticiero mostraban cómo los chicos, los grandes, sin distinción, hacían de un evento natural un festín.
Un poquito de miedo me dio después. Porque me pregunto si tendrá que ver con el cambio climático. Y aunque hace 89 años pasó lo mismo en la Ciudad de Buenos Aires, digo si esto se repetirá. Si lo que hoy es un disfrute de imágenes se transformará en un paisaje habitual de cada invierno. Lo que nos esperará para el verano. O para más adelante aún. Si quienes no tienen un refugio deberán enfrentar más azotes de un clima que cambia quizá por nuestro poco respeto a la naturaleza. Y hasta parece increíble y contradictorio, porque un evento natural nos sorprende pero nos refugiamos en ciudades de cemento que hacen oda a la tecnología.
Mirá si tuviéramos cascadas también para zambullirnos. Mirá si las calles fueran barrancas. Y nos trepáramos a los árboles e hiciéramos batallas de barro. Pies en las zanjas. Saltamontes en los hormigueros. Como mi infancia en San Pedro. Cuando perseguía a los pollitos y mi abuelo me hacía escuchar cómo hablaban las hormigas, en un efecto con papeles de celofán. Como en 1918 con Plaza de Mayo y el Congreso abarrotados de copos.
Eso trajo la nieve en mi cabeza mientras la veía caer por la ventana y las hojas del romero, el tomillo y el laurel se teñían de blanco.
03 julio 2007
Universo paralelo al trabajo
La fantasia es parte de mi naturaleza.
En este exacto momento
mi fantasia parte de la idea de que Paola
es cómplice de mi mirada.
Que esa sonrisa que parece dibujar
o que mi fantasía dibuja en su rostro
es para mi.
Solo para mi.
Entonces Paola de ojos azabaches y boca prepotente
deja todo lo que hace
porque no puede pedirle más tiempo a su placer
porque intuye que mis deseos la devoran
deja de pulir ese piso de mil veces de brillos pulidos
para ponerme en literales aprietos,
para poner a tono nuestro pulso.
Su lengua muerde mi oreja.
Su boca come mi cuello.
Parece un vampiro porque en verdad succiona muy fuerte.
Mis manos se atropellan
Acaparan sus muslos
Toman posesión indefinida.
Ella desnuda su cuerpo.
Deja que la yema de mis dedos describan sus curvas.
Entonces Paola
llena de éxtasis
¡quiere sexo conmigo!
mientras las viejas de allá adelante
discuten pavadas de sus vidas coquetas.
Quiero decirle tantas cosas...
pero ella me lo impide con una mueca irónica,
que esta noche no me dejará dormir.
Acaba con roces.
Llena de humedad.
Hace lo mismo conmigo.
Y en mi fantasía,
aunque la siga viendo ser tan prolija en esa casa ajena,
aunque mi líbido le haga el amor sin respeto,
Paola anota ligeramente su número en la palma de mi mano,
coloca sus dedos entre los dientes blancos
perfectos
y se retira con una contorsión adolescente
sin importar horarios y formalidades
sin reservar un solo segundo
tanto sexo que irradian sus caderas.